La Facultad de Ciencias Médica  convocó el 13 de agosto en el Aula Magna del Hospital Nacional de Clínicas a un homenaje al Dr.  Ricardo Podio, el médico, profesor, amigo, sembrador de conocimientos y humanismo. Se entregó, a través de sus familiares, la medalla post mortem en reconocimiento a su trayectoria.
Podio fue un precursor en el ámbito médico; fundador de la Sociedad de Cardiología de Córdoba sus trabajos de exploración de la actividad eléctrica miocárdica marcaron un hito en la especialidad. Este visionario incorporó las residencias médicas en la ciudad; creó el equipo Interdisciplinario de Psicopatología en el Hospital de Clínicas; la UTI del Servicio de Radioisótopos y el Servicio de Técnicas no invasivas.
El histórico recinto, colmado de médicos y estudiantes, recobró la mística de sus mejores momentos, cuando distintos expositores relataron las historias de vida de Podio, arrebatada por la enfermedad a los 58 años.
El Prof. Dr. Emilio Kuschnir describió la trayectoria profesional remarcando sus profundas convicciones de sentido democrático y federalismo.

Alberto Cerda, ex Presidente del Centro de Estudiantes de Medicina, destacó que en la dictadura militar mientras los alumnos eran perseguidos y encarcelados, la postura de Ricardo Podio, poco común en esa época era de solidaridad con el Centro de Estudiantes y su espíritu y actitud democrática de defensa hacia ellos, lo inusual.
Carlos Scrimini, ex Presidente de la FUC rememoró que nunca censuró a los estudiantes o médicos por sus ideas. “Él mismo- expresó – sufrió el aislamiento por cuidar a sus estudiantes y defender la libertad. Era el único o quizás uno de los pocos que recibía, escuchaba y contenía, en épocas de la desolación de la dictadura”.
El Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Marcelo Yorio expresó respecto a la figura de Ricardo Podio “Hablan de Inquebrantable voluntad y diáfana lucidez; hablan de humildad, de sencillez, de profundo respeto por el hombre y fundamentalmente de la prédica con su ejemplo. Seguramente la lucidez es algo que se hereda. Seguramente también que se desarrolla, pero la inquebrantable voluntad es algo, que para los que ya tenemos años, deberíamos demostrar e inculcar en nuestros jóvenes que es muy necesario, porque estas figuras señeras nos demostraron que más allá de esa inteligencia y lucidez, lo que es necesario es la inquebrantable voluntad para cumplir objetivos, y para desafiar adversidades. De este gran hombre se habla de respeto institucional y en este país estamos necesitando mucho de eso. Hablar de esto. Es un hombre que para llegar a donde llegó, cumplió normas, aceptó las normas para llegar por concurso a titular, a presidente de sociedades, también para llegar a gestionar dentro de la Universidad Nacional de Córdoba, porque entendía que el respeto a estas normas hace que las instituciones crezcan fuertes” y agregó “ es importante porque estas personas innovadoras, estas personas que generaban tanto desafío, demostraban a su vez el respeto por el día a día, por el ejercicio del acto de servir, por el ejercicio del compromiso”.
Con cientos de emociones aferradas a los asientos de madera marrón, el Aula Magna del Clínicas convocó a compartir la grandeza de un grande, que marcará para siempre la historia médica en Córdoba y el país.
Y como regalo para los profesores doctores y estudiantes, una clase magistral a cargo del Dr. Julio A. De La Riva dejó flotando en todo el Hospital Nacional de Clínicas que el conocimiento y el humanismo son parte inclaudicables de la formación de quienes se dedican al arte de curar.
Discurso Dr. Yorio: aquí