A medida que nuestra comunidad global debe reexaminar nuestra relación con el mundo natural, una cosa es cierta: a pesar de todos nuestros avances tecnológicos, dependemos por completo de ecosistemas saludables y vibrantes si queremos disponer de agua, alimentos, medicamentos, ropa, combustible, refugio y energía, solo por nombrar algunos ejemplos.
Todo ello pasa por respetar, proteger y reparar nuestra riqueza biológica.
Sin duda este año es especial en lo que atañe a la conservación de la biodiversidad. Ahora contamos con un rayo de esperanza que llega de la mano de un acuerdo histórico: el Marco Mundial Kumming-Montreal de la Diversidad Biológica. Se trata de un documento firmado en diciembre de 2022 que marca metas y medidas concretas para detener y revertir la pérdida de la naturaleza de aquí a 2050.